28 Marzo 2018
Karta Time 2
https://www.youtube.com/watch?v=Qk77z6ehe9g
Karta Singh comparte su inspiración. Le da alegría mantener la conexión. A partir de algunas preguntas formuladas por distintas personas (una sobre la dificultad de compromiso con la práctica de yoga, con abandonar ciertos hábitos como el alcohol o el cigarrillo o hacer sadhana; otra sobre enfrentar la sombra; otra sobre el sentimiento de estar solos en una búsqueda, camino o flujo del espíritu, sin un acompañamiento compasivo de la pareja; otra sobre qué o cómo es el proceso de “cambiar el ADN”), Karta menciona que una de las premisas de un camino de autoconocimiento y automaestría es transformando lo que es preciso para abrir el camino en nuestro corazón.
Hace algún tiempo, el rol de un maestro era instalar una presión para fomentar ese cambio. Hoy esa presión está presente sin necesidad de un maestro, genera una sensación de encierro de donde debemos emerger, como a través de una crisálida, de un huevo, o atravesando una pared. Hemos aumentado la presión y eso a veces genera sensaciones de las que buscamos la “puerta de salida”. Pero no hay puerta, no hay salida, y sentimos la responsabilidad de atravesar la pared. Necesitamos tomar decisiones. Pero no sabemos cómo decidir, estamos ligados a programas muy básicos (ahí se liga la pregunta sobre “cambiar el ADN”). Pero la humanidad toda es la que está yendo hacia esos cambios y transformaciones, y la cuestión es cómo actuamos en ese contexto habiendo realizado los cambios que debemos realizar, qué reprogramaciones a tan antiguo ADN de condicionamientos debemos hacer, qué cortes a qué apegos a aspectos de miles de años, que nos han promovido una trayectoria humana de la que sabemos que debemos salir, pero no sabemos cómo.
La presión aumenta, y no debemos disiparla o ponernos desidiosos, distraernos, echarnos a dormir… hay suficiente energía, y va en distintas direcciones, pero debemos ordenarnos y a veces nos gana la desidia o el cansancio, o la dependencia a sustancias o a plantas, que tal vez hacemos entrar a nuestras vidas como una puerta de salida. Sexo, dinero, actividades, hacer hacer hacer; otros están estancados y no activan nada; la presión se ha vuelto muy alta y no sabemos cómo ordenarla, cómo atravesar ("breakthrough").
Definitivamente hay 2 formas como no va a funcionar. Una es reaccionando contra lo que nos disgusta. Otra es no abandonar los apegos que nos llevan a tener más y más: posición, poder, cosas, situaciones, vitalidad… No son la forma de atravesar el huevo, y para hacerlo, cada uno debe sentir total responsabilidad en salir de ahí, aún si no se sabe lo que habrá afuera.
Se trata de encontrar accesos a nuevos códigos, que ya empiezan a sentirse, a intuirse. Y en cómo hacer posible iniciar nuevas bases para reordenarnos y redefinirnos. Para eso, tendremos que echar luz sobre los condicionamientos, los viejos apegos de los que debemos primero tomar conciencia, para luego disolver, cortar. Y meditar hacia dónde vamos para crear una nueva realidad, pero sin proyecciones.
1) Viejos Códigos de la Era de Piscis, que es preciso reconocer para romper, remover o disolver (estos son pactos o contratos cristalizados en nuestro ADN a partir de miles de años de creencias)
Karta ofrece una meditación para romper la cáscara del huevo: abandonar, y adoptar. Abandonar los códigos de tu personalidad, y abocarse a aquello que empieza a resonarnos. Tu más Alto Ser, y tu Bajo Ser, ambos son parte de ti, y ambos deben trabajar mancomunadamente, no pueden ir separados. Y de ahí la pregunta que se formula (cuenta Karta) todos los días, y varias veces por día, que es: “¿cómo me siento hoy?”.
Y esa es la pregunta que les planteo que se hagan hoy: cómo me siento, cómo dejo atrás (lo que he de dejar), y cómo adopto (lo nuevo, que en realidad es viejo y siempre estuvo y está ahí).
Siéntense cómodamente. Cierren los ojos. Tomen tal vez un papel y lápiz, por si quieren tomar notas sobre qué sienten a medida que avanza el planteo… Y qué terminarán decidiendo abandonar, y luego, qué adoptar. Yo lo hice, pasé por un proceso de romper una cáscara, salir de mi huevo cósmico, y avanzar a lo nuevo, como en los últimos dos años estoy sintiendo para seguir evolucionando en la espiral creciente con mi Bajo y mi Ato Ser mancomunados.
Por miles de años, algunos de nosotros tenemos aún hoy raíces en religiones. Puede ser hinduismo, puede ser sikhismo, puede ser cristianismo, puede ser judaísmo, puede ser islam, y cualquier religión formal, vinieron en tiempos en que era necesario ayudar a ordenar aspectos sociales, convivencias, a la vez que buscaban elevar a la humanidad y al individuo y su condición de la existencia, al mismo tiempo redactaron reglas de cómo comportarse y de cómo creer, proyecciones de creencias que había que adopotar para asegurarse el Cielo, y rechazar y evitar, para no ir al Infierno. Todo esto es una fuente de creencias, de las que necesitamos desapegarnos. Encontrar cuál era el mensaje esencial que había atrás de esas religiones, y dejar atrás las creencias proyectadas, tal vez enraizadas en ti, sin cuestionamientos. No hay más una oposición entre el Bien y el Mal ahí afuera.
Es algo muy antiguo. Dos o tres mil años, han instalado un sentimiento de temor a Dios. Si no hago lo que es Su Voluntad, terminaré en el Infierno: una vez más, esto está basado en proyecciones de la mente, y en miedo, muy arraigado en la profundidad de muchos: y eso es lo que necesita ser cortado.
Los tabúes por la exploración sexual: la idea de que el sexo no es espiritual, que es incorrecto, “sucio”, y el miedo a explorar, la culpa, o la vergüenza… son apegos que aún hoy limitan a muchos hacia una fuente genuina de plenitud, y que debemos disolver también.
La idea de que el dinero es corrupto, que no es compatible con una vida espiritual; o que para ser espiritual alguien debe ser pobre o vivir de la limosna, son ideas obsoletas, y nuevamente, un apego que debemos cortar.
La creencia de que la mujer es inferior al hombre, aún hoy y luego de la revolución hacia la equidad de sexos desde los años 60’s, sigue muy arraigada en comportamientos machistas, diferencias laborales, de salarios... Analizar cómo nos paramos frente a esa inercia que parece operar en forma automática, y cómo honestamente juzgamos y reaccionamos frente a esa problemática de diferencias hacia hombres y mujeres, y cortar lo que haga falta.
No hay necesidad de un Maestro Espiritual. Nadie, más que tu mismo o tu misma, ha de responsabilizarse por el curso de tu vida y tus acciones. Cada quien puede inspirar luz y maestría en otros.
El Miedo a la Muerte: La muerte, la propia muerte, es un destino inexorable, un final en el mundo físico, del que sentir temor es un apego que debemos cortar.
La creencia de que se debe sufrir para experimentar Felicidad: ese es otro apego que se debe cortar.
La creencia de que debemos compararnos con otros, juzgar a los demás, y juzgarnos a nosotros mismos, es otro apego que se debe cortar.
Cortar con el miedo a no tener lo suficiente. Mayor consumo, mayores deudas, insatisfacción por lo que no se tiene, necesidad de compra con dinero que no se posee… cosas que ni siquiera se terminan disfrutando.
Cortar con la idea de que es necesario casarse. Son tantos los divorcios y las relaciones desequilibradas que hoy aparecen nuevas formas de concebir las relaciones.
La idea de que se debe “trabajar duro” para ser exitoso. El éxito no se da con la dureza, sino con la alegría con el trabajo, con la dedicación. Cortar con ese apego.
La ilusión de ser dueño… No hay necesidad de ser dueños materiales de cosas, cuando todo ha de proveerse. No somos dueños, todo es circunstancial… y ser dueño de algo, de una tierra, como lo han hecho los países y lo mismo, como lo hace la gente al plantar una bandera en la tierra y decir “esta tierra es mía”, está ligado a la vez a una ilusión de seguridad. No es tener algo, sino la creencia de mi mayor seguridad, por ello, es algo que ha causado tantos problemas, y es un apego que debe cortarse: No somos dueños de nada.
La creencia de que debo competir para ser exitoso. Creer que debo esforzarme para mostrarme más hábil y mejor que otros, para sentir mayor sensación de seguridad, es otra ilusión causada en la propia separación con “los otros”; a través de ella no hay cooperación, no hay co-creación.
Las adicciones a emociones inferiores: mucha gente está en drogas por una pereza espiritual, adonde no se enfrentan las propias sombras. Adicciones a sexo o a sustancias. Y esto va contra ti mismo: creer que a partir de esas sustancias podrás obtener expansión espiritual, o que a partir del sexo vendrá la plenitud, pero examinas y tal vez reconoces que hay una sustancia, o una adicción, allí: entonces es precisamente el apego que debes cortar. Explorar otras formas.
La violencia. La obsesión por la violencia. Está ligado a lo que vimos antes de la competencia; por sentir que tenemos que transformarnos en los más fuertes, para poder afrontar al otro, al distinto, al que podría venirse más fuerte que yo y destruirme, es el causal de la guerra. Y al nivel personal también, cuando nosotros estamos en lo correcto y "ellos" no, nosotros somos el bien y "ellos" el mal, y podemos ser los jueces y los condenadores de personas... La violencia; justificar el uso de la violencia, son apegos que se deben cortar.
La enorme asimetría entre ricos y pobres (personas; países...) Ver de qué manera somos parte en ese sistema, y qué apegos es preciso cortar.
También ligado a lo anterior, en el sistema (imaginario) de dominancias, la contracara de la competencia y violencia, que es cuando se abandona la propia integridad en nombre de un sistema de poderes y de pertenencia y de dependencia: a personas, grupos, agrupaciones, a un “sistema salvador”, a una creencia. Ya tenemos todo, y no hace falta relegar esa sensación de seguridad en una pertenencia o militancia.
Evita reaccionar ante la faceta oscura de tu vida. No hay una parte luminosa enfrentada a una parte oscura, en cada uno, sino que cada parte es lo que es; y no hay que “luchar” contra la parte oscura, porque eso la vuelve más fuerte, más “viva”. Y la idea de que luchar contra el mal, luchar contra la oscuridad te mantendrá en la luz, es una alucinación, y es preciso cortar con esa creencia.
Analizar cómo todo este sistema de creencias nos sigue manipulando.
Analizar cómo lo abandonamos.
Cómo lo miramos y cómo lo dejamos atrás.
Cómo focalizar los nuevos códigos.
Cómo atravesamos la caparazón, la cáscara que nos separa del afuera, hasta (como el gusano que emerge de la crisálida) ver el espacio infinito ahí afuera, abrir las alas… Hace falta un gran esfuerzo para salir de ese capullo, romper esa pared…
Focaliza quién eres hoy, a través de los Nuevos códigos para empoderarnos. Hay un nuevo Cielo y una nueva Tierra para ti, y estuvo siempre ahí, sólo que ahora los tiempos nos lo acercan, nos permiten tamizar las creencias con las que nos hemos obnubilado, o fanatizado..
2) Nuevos Códigos de la Era de Acuario. Meditación a partir de algunos JAPAs –Jap: repetición-; frases que repetimos con intención, convicción y compromiso, y que a largo plazo pueden cristalizar patrones de energía-Prana, y canalizanlos a través de nuestro cuerpo de manera sanadora: es el Soma, el Amrit, el Elixir Divino, que luego de una práctica de largo plazo –ej: 1001 días- generan una transformación en el ADN).
Karta aborda la siguiente etapa de la meditación, tomando algunas respiraciones largas y profundas… Luego inhalar 1 tiempo (sa-ta-na-ma), suspender 4 tiempos, exhalar en 2 tiempos, como un patrón de respiración que se puede hacer a la mañana antes de la práctica, durante 7 minutos, y/o varias veces al día; permite aquietar la mente y nos hace observadores, y abiertos a la sensibilidad necesaria para responderte la pregunta de antes, “cómo me siento hoy?”
Hasta ahora hemos identificado los patrones que crean esa pared en torno nuestro; y herramientas para abordar nuestras sombras sin necesidad de cambiar el mundo, la filosofía, la sociedad, sino únicamente la forma como conectamos y cómo cambiamos nosotros mismos. Ahora quiero traer algunas nuevas formas que pueden considerar para ese pasaje, para ese cambio.
Cierren los ojos; respiren… Esto no es reinventar la rueda, sino aprobarnos a nosotros mismos de una manera nueva, hacia el más alto Uno de cada uno. No es tampoco algo místico, sino simplemente acceder a la claridad, la paz y… la alegría. Hacer un templo del corazón.
1. Soy amado / Soy amada.
2. Yo y Dios somos Uno.
3. Dios me ama incondicionalmente.
4. Yo y mi Ser Superior somos Uno.
5. Amo incondicionalmente a mi Ser Superior.
6. No hay necesidad de experimentar la muerte para ascender.
7. Mi cuerpo físico y todos mis cuerpos espirituales son uno y en armonía con el Universo.
8. Estoy aquí para experimentar alegría a través de todas las situaciones (samsara).
9. No hay ninguna necesidad de sufrir para experimentar alegría y bendición.
10. Mi alma es la verdadera esencia de la vida. Sólo hay «vida» aquí y después de la muerte.
11. La esencia de mi Ser-Alma es andrógina.
12. Hombre y Mujer somos iguales.
13. Tengo la capacidad de manifestar todo lo que necesito sin ser dependiente de nadie. La abandancia es mi derecho de nacimiento.
14. Exploro y uso la sexualidad para expresar la unión cósmica con mi pareja, y para nutrir mi cuerpo, mente y espíritu.
15. No necesito casarme con mi pareja, para estar comprometido.
16. Puedo experimentar y disfrutar todos los estados elevados de expansión de la conciencia.
17. Toda la guía que busco está ahora adentro mío.
18. Me siento seguro de saber que estoy siendo divinamente guiado en todo momento.
19. La verdad más alta está conmigo; no hay necesidad de validar mi verdad.
20. Amarme, honrarme y respetarme a mí mismo / misma, me da la capacidad de amar a los demás.
21. Mi capacidad para expandir libremente mi conciencia hasta las más altas dimensiones es infinita.
22. No soy una víctima de circunstancias.
23. Hago opciones saludables que mejoran la calidad de mi Vida.
Al finalizar, Karta cierra la charla alentando a dejar atrás los apegos basados en viejas creencias, y atravesar la caparazón, o romper la pared, hacia una forma nueva de ser, de sentir y de concebir el Ser, adoptando nuevos códigos.
¡Muchas gracias! ¡Bendiciones y Amor!
Sat Nam
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